17 febrero 2014

Finito



Parece que sabe de lo que se libró este precioso podenco, joven y vivaracho como él solo. La alegría del refugio, sociable con todos, sumiso si ve que algún colega le quiere buscar problemas, no duda en hacerse el loco. Un pequeño traste, inquieto y juguetón casi igual que la preciosa Yera, necesita una persona y un lugar adecuados dónde poder esperar la tranquilidad que le darán los años. Cariñoso y obediente, aún así se acerca con un poco de reparo, seguro que en alguna ocasión llevó un cachete.